Mariano Zorzoli es conocido por todos, en el ámbito del Misura, como Nito. Fue partícipe de las reuniones fundacionales, en aquel lejano verano miramarense, y de los primeros partidos y de los siguientes y de casi todos. Salvo algunos baches por viajes al exterior, fue y es un integrante habitual de la formación.
Es cierto: ya no es aquel mediocampista izquierdo con llegada (tipo Di María) que sorprendía a todos con su respuesta física, impulsada por sus entrenamientos en Harrod's, en los días en que jugaba a ser Marcelo Milanesio.
Igual, ahora aporta en roles más estratégicos y defensivos: sabe dónde ubicarse, cuándo ir, cuándo quedarse, es invariablemente ordenado y funcional a las necesidades del equipo. También sirve de ejemplo: como cada uno de los históricos, aparece siempre, sobre todo en las difíciles. Llega a horario, se preocupa, rinde más allá de los bordes del campo de juego.
No se trata de un mes cualquiera: Nito, mi amigo Nito, en septiembre cumplirá años. Y dice que promete festejarlo del mejor de los modos: con un gol y un triunfo con la camiseta del Misura, su camiseta. Ojalá.