lunes, 12 de abril de 2010
Nuestro Escudo, nuestra identidad
"Escudo en campo Azur, un león rampante apoyado sobre dos pedestales."
El Azur es el nombre que en heráldica recibe el color azul. En este caso Azul Misura, devenido del color de la camiseta del Inter, de Italia. Las características heráldicas que le corresponden son: justicia, verdad, lealtad, solidaridad y hermosura. Todos valores que deben prevalecer en el equipo. Bueno, en lo último, hay excepciones. El acento en rojo deviene del color originario riverplatense en sus inicios, como en la primera casaca. También del Globo de Jorge Newbery, vecino del barrio de Belgrano e inspirador y mecenas de Huracán.
El León simboliza el espíritu generosamente luchador. En este caso es el león de la Familia D'Alzón, colegio primario en donde nos conocimos muchos de los integrantes del equipo, mientras que el formato del Escudo deviene de aquel símbolo del San Román, colegio secundario en donde se fundó el equipo. El León denota al caballero clemente que perdona a los que se humillan y aleja a los que dañan.
Los pedestales en los que se apoya el León son la pelota que simboliza el deporte como excusa de unión, pertenencia y mens sana in corpore sano y los cuatro brazos de diferentes etnias entrelazados simbolizan la amistad, la solidaridad, la inclusión y la diversidad de los integrantes del equipo.
Inspirados en la impronta de Azurra, equipo emblemàtico del fùtbol universitario, el 1992 es el año de la fundación del Misura, en aquellos torneos de Parque Norte. Pero vale aclararlo: la fecha refiere a su primera participación en un torneo (la primera participación oficial, en la UBA, llegó al año siguiente). Sin embargo, mucho antes, Misura ya estaba naciendo: en los Torneos Internos del D'Alzon, con Pancho como goleador y Rodri como campeón; en los partidos de fútbol 5 que se comenzaron a armar en tantas horas de aula, en tantos emboles de Estenografía o de Mecanografía; en las primeras vacaciones compartidas; en cada recreo al lado del kiosquito del patio.
Texto escrito por Rodri, con aportes y edición de Walde.