lunes, 30 de abril de 2018

Aunque la lluvia no quiera


Ya van seis* partidos (uno con Asado incluido) que la lluvia impide que se jueguen. El clima nos recorta la preparación, nos impide probar, nos quita ritmo. Pero no importa. Hay que seguir.

Ya pasó el 2017 exitoso (el del ascenso a la A; el del equipo con menos derrotas entre los más de 100 entre la Abierta y +36); ya tenemos la cabeza en el 2018.

También, tenemos razones para el optimismo esta vez.

Pasen y vean:

1) Demostramos que estamos a la altura de la categoría a la que llegamos (la A, la máxima de +35). Ya en el inicio de este 2018, fuimos segundos de la Copa de Campeones frente a tres de los 11 rivales que nos vamos a encontrar. Y salimos campeones del Desafío Interdivisional (a partir de 2019 incluirá a todas las Divisiones de todas las Categorías).

2) Se consiguieron refuerzos que ya se exhibieron como valiosos: Piku (desequilibrio y coraje; decisivo en el 3-2 ante Tagarna), Lobo (potente aparición para puestos diversos), Franco (confiable marcador central zurdo), Ismael (relevante alternativa defensiva) y Orti (tenaz marcador).

3) Volvieron desde el fondo de los tiempos dos representantes del primer Misura de la UBA, Lea y Ocón. Llegan para sumar.

4) Las convocatorias comenzaron a crecer. Es un buen síntoma. Luego de la Copa de Campeones y de los dos amistosos (0-0 con Paredón, en Ciudad, y 0-0 con Los Líricos, en Parque Sarmiento), en los tres partidos suspendidos por lluvia habíamos juntado cantidades impensadas para amistosos: 18, 15 y 17 jugadores.

5) La temporada ofrece lugar para todos: disputaremos 22 partidos oficiales en 30 semanas. Siempre y cuando no tengamos ningún desempate y sin considerar la Final para determinar al campeón del año. Para que haya armonía en cuanto a la participación de cada uno harán falta dos cosas: paciencia y generosidad. De parte de TODOS.

6) Hay indicios interesantes respecto del nivel que nos vamos a encontrar.

-Le ganamos a Tagarna, subcampeón del Apertura y tercero en la tabla general de la A. Cuando los enfrentamos ellos llevaron 16 jugadores. Fueron con todo y con todos. Y tras ir perdiendo 2-0 se lo dimos vuelta.

-Derrotamos a República Delphi, el equipo que en 2017 acumuló la mayor cantidad de victorias consecutivas (con 14). Otro detalle: en Parque Sarmiento, contra el Delphi de la Abierta (en 2017 jugó en la B y perdió cinco partidos de 19) se impuso 8-2.

-El único tropiezo fue contra Resto. Perdimos 3-0, en el contexto de un partido claramente condicionado por un arbitraje perjudicial para nosotros. Resto ganó el Apertura de la A con apenas una derrota; y en el Clausura que también ganó está invicto a falta de una fecha. En el segundo de los torneos sumó 28 puntos de 30 posibles e hizo 28 goles en 10 fechas.

7) Rodri es el goleador del equipo con amplio margen (terminó segundo en la tabla de goleadores de la B 2017 y de la Copa de Campeones 2018). En promedio, garantiza casi un gol por partido. Sin embargo, aprendimos a jugar sin él. En los últimos 7 encuentros (entre oficiales de 2017 y los dos amistosos recientes) que jugamos sin él, no perdimos. Ganamos cuatro, empatamos tres y nos convirtieron apenas dos goles. La impresión es clara: necesitamos a Rodri; pero sobre todo necesitamos del equipo entero.

Por todo esto, la conclusión es sencilla. Como en 2017, que terminamos ascendiendo en medio del temporal y del barro, en este 2018 el desenlace depende de nosotros...

Aunque la lluvia no quiera.

*Actualizado al domingo 20/5, fecha de la sexta suspensión consecutiva.

domingo, 15 de abril de 2018

Empezamos de cero


Pretemporada 2018 - Amistoso:
Misura Leyendas 0 - Los Líricos 0
(en Parque Sarmiento)

Hay dos rasgos que se repiten entre el final de la Copa de Campeones y del transcurso de los amistosos de Pretemporada:

1) El que preocupa: tenemos demasiados ausentes en los partidos. Es imprescindible mejorar en este aspecto. No tiene sentido perseguir gente o sólo estar ocasionalmente para el campeonato.

Se trata de una ventaja muy grande. Los rivales de la A están en plena competencia (ahora mismo están jugando el remanente de partidos de 2017) y nosotros estamos siempre al limite o por debajo de la capacidad de convocatoria necesaria para armar un equipo razonable.

2) El que agrada: más allá de las ausencias y de las dificultades y de sumar mucha gente nueva que poco se conoce con el resto, el equipo mantiene el orden, le llegan poco y mantiene el arco en cero.

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Por eso, como cuentan el título y la imagen que ilustran, empezamos el equipo, la campaña (al menos en los amistosos) con esa virtud: el cero en el arco propio. Empezamos de cero.

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Pero falta demasiado. La otra parte: la capacidad de desequilibrio y la contundencia. En los dos amistosos (ante Paredón y contra Los Líricos) llegamos un poco más que el rival y estuvimos más cerca de la victoria. Fue valioso lo de Imol -a lo Pratto- allá arriba e influyente la pelota parada de Laucha. Pero no alcanzó.

En definitiva, el mensaje está claro. Y se repite: necesitamos más de todos.

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Premio MaradonaGrazio, Franco.
Premio Sócrates: Seba, Gaby, Oscar, Franco, Ismael, Walde, Naza.
Premio Doval: Vacante.

El Equipo: Oscar, Grazio, Ismael, Franco, Naza, Laucha, Gaby, Pancho, Seba, Ocón, Imol, Lea, Walde (no jugó).

lunes, 9 de abril de 2018

Sócrates, también nosotros

Sócrates, reprensentante profesional del fútbol de los amateurs y de las búsquedas colectivas. Un amigo de la democracia real
El Premio Pareto -un homenaje a una de las grandes deportistas amateurs de nuestro país- representó hasta la última Temporada 2017 a ese jugador, a ese compañero, a ese amigo que ofrecía lo mejor para el equipo en nombre del equipo. El que priorizaba, sobre todo, lo colectivo.

Pero a partir de este 2018, año de Mundial, siempre significativo, desde el Blog vamos a abrazar a un reemplazante para que le ponga nombre al Premio.

Se trata del Doctor Sócrates, ese brasileño que se comportaba como amateur -en el más valioso sentido del término- en el ámbito profesional. El que estaba siempre cerca del que lo necesitaba. En el vestuario y en la vida.

Un tipo que, siendo uno de los grandes mediocampistas de su tiempo, siempre tenía espacio para acercarse a los demás en cualquier cancha de tierra en las que tanto jugó o en los bares en los que compartía algún trago con los vencidos. De algún modo o de varios, como nosotros, en nuestros partidos y en nuestros Terceros Tiempos...

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Acá, un breve documental a modo de aproximación al inmenso personaje que también nos cuenta, nos retrata. Sin querer queriendo:


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Falleció hace poco más de seis años, en diciembre de 2011. En aquellos días, me tocó evocarlo con la nota que sigue. Aún no había nacido El Leyendas, pero él ya estaba con nosotros.

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Adiós, Querido Doctor

De repente, un domingo se hace velorio de una ciudad, de un país, de un deporte. La noticia sucede y se hace un golpe en la cabeza de los que lo quieren, de los que lo abrazaron, de los tantos y tantos que lo vieron jugar por los rincones del mundo: Sócrates -el Doctor, el crack que defendía como pocos el carácter lúdico del fútbol y el militante de las causas de los postergados- dejó de existir bajo el cielo de ese país al que representó y adoró, Brasil. El homenaje sucedió en simultáneo con la despedida: en cada estadio donde el Brasileirao se estaba disputando hubo un minuto de silencio y aplausos reverenciales; en Ribeirao Preto -a 280 kilómetros de San Pablo- los más cercanos y muchos admiradores lloraban su adiós y recordaron a sus modos su recorrido épico y su compromiso más allá del verde césped. En Florencia, esa ciudad que también lo tuvo como orgullo y como elegante mediocampista, sucedió lo mismo. También allí, en el estadio Artemio Franchi, una bandera de la Curva Fiesole sostenía: "Il Dottore vola in cielo a fare un tacco da Dio" (El Doctor vuela al cielo para hacerle un taco a Dios").

En el cementerio Bom Pastor, había caras de todos los orígenes: amigos del futbolista destacado, chicos de favela, compañeros universitarios de su carrera de médico, vecinos respetuosos, fanáticos en silencio inevitable, familiares cercanos y no tanto. "Todo el mundo sabe la importancia de Sócrates para el fútbol y para el país", dijo Raí -su hermano, figura del San Pablo en días felices- y recordó la condición de luchador inquebrantable contra la dictadura sucedida en Brasil. Habló de aquellos tiempos de militancia de un Sócrates que se animaba a protestar y a decir en los días bravos en los que el poder del gobierno de facto dictaba normas y obligaba a silencios. Cerca de Raí estaba Walter Casagrande, ex delantero del Corinthians y del seleccionado canarinho, actual comentarista de la TV Globo. Lucía roto. Dijo cuatro palabras entre sollozos: "Se fue mi superhéroe". Ese mediocampista que parecía capaz de todo generaba ese tipo de adhesiones y de sensaciones.

Lo escribió Ronaldo, otro crack de la misma tierra, en su cuenta de Twitter, apenas enterado de la noticia: "O dia começou triste. Descanse em paz Dr. Sócrates..." ("El dìa comenzó triste. Descanse en paz, Dr. Sócrates..."). El resto del dolor lo dijo callando. La presidenta Dilma Roussef le puso palabras al lamento de todos: "Brasil ha perdido a uno de sus hijos más queridos: el doctor Sócrates". En su comunicado oficial destacó la "genialidad en el campo de juego y el compromiso político y su preocupación con el pueblo de nuestro país". Lula da Silva -el inmenso líder latinoamericano, el hincha del Corinthians- expresó sobre el hombre que se fue de este mundo después de 57 años: "Se va un ejemplo de ciudadanía, inteligencia y conciencia política. Se va también un amigo". Y agregó: "Su contribución al Corinthians, al fútbol y a la sociedad brasileña jamás será olvidada. Por todo eso, Gracias Doctor".

El estadio Pacaembú, el último domingo, vivió una jornada atravesada por todas las sensaciones: el vacío, el llanto, la gratitud, el festejo contradictorio, el clásico, el respeto, el dolor, la fiesta inevitablemente dosificada. Corinthians necesitaba -y consiguió- apenas un empate en el clásico frente a Palmeiras para consagrarse en el Brasileirao por primera vez desde 2005, en aquellos tiempos de Carlitos Tevez ídolo del Timao. En las tribunas, el adiós a Sócrates había modificado el escenario de la inminencia de otra vuelta olímpica. Las banderas contaban de qué se trataba la jornada: "Obrigado Doutor" ("Gracias Doctor") decían por cada costado del estadio. El crack que tanto habían querido y que tan grande los había hecho ya no estaba. Hubo silencio y aplauso unánime para evocarlo.

Escribió Diana Renée, de la agencia DPA, en una necrológica que tituló con unas pocas palabras que cuentan a Sócrates ("Un intelectual y artista del fútbol"): "Fue durante dos décadas uno de los símbolos de una de las eras doradas de la selección brasileña, cuyo estilo alegre y ofensivo encantó el planeta, especialmente en el Mundial de España 1982. El fracaso en el intento de la 'verdeamarela' de conquistar el título en España -que se repitió en México 1986- no borró el encantamiento dejado por el equipo dirigido por Telé Santana y comandado por estrellas como Zico, Paulo Roberto Falcao y por el mismo Sócrates, que está hasta hoy considerado como uno de los mejores que ha formado Brasil en su historia". Tales Azzoni, en Terra, escribió en la despedida: "Dentro y fuera de la cancha, el ex astro brasileño de fútbol Sócrates se destacó sobre el resto. Su elegante estilo de juego y su profunda participación política le hicieron una figura única en el fútbol de Brasil, en su tiempo de jugador e incluso en la actualidad. Dejó su huella como capitán de la selección de Brasil en la Copa del Mundo de 1982, considerada por muchos como el mejor equipo que no haya ganado el certamen. Era sabida su afición a la bebida, que él reconoció públicamente y que le causó los problemas de salud que eventualmente llevaron a su fallecimiento".

Antonio Falcao brindó la armonía de sus palabras para contarlo: "Fue la antítesis del buen atleta: estaba en contra de los entrenamientos individuales o colectivos y de la abstinencia -sobre todo del sexo, alcohol, tabaco, juerga nocturna y guitarra (que tocaba). Hasta su nombre se escapaba de lo convencional: Sócrates Brasileiro Sampaio de Souza Vieira de Oliveira. Estudió medicina mientras jugaba, se expuso en la política y vio el binomio directivo-jugador desde la óptica de las relaciones laborales. Se entregó a la ciudadanía con ahínco, siendo intransigentemente solidario con los compañeros de profesión. Para emplear el término típico de la inútil y necia dictadura militar brasileña, Sócrates era subversivo. Aunque, desde el punto de vista estrictamente democrático, un cordial y saludable subversivo, de gran utilidad a la humanidad".

Siempre estuvo orgulloso de su mirada del mundo, de sus mensajes, esos que en tiempos de futbolista se animaba a ofrecerlos desde una vincha que se convirtió en su marca registrada. En los 80, por ejemplo, este admirador del Che Guevara fue partícipe e ideólogo de una búsqueda que asombró a su país y a su deporte: el Movimiento Democrático Corinthians, que hizo que el club paulista llevara a cabo elecciones democráticas internas. Un símbolo inequívoco del rechazo a la dictadura, que ya comenzaba a retirarse tras dos décadas en el poder. Se manifestaba de izquierda. Y de su admiración por Fidel Castro surgió el nombre de uno de sus hijos. Sobre eso, Sócrates contó alguna vez, en una entrevista para la BBC, la siguiente anécdota: "Cuando le puse a uno de mis hijos Fidel, mi madre me dijo: 'Es un nombre un poco fuerte para un niño'. Y le respondí: 'Madre, mira lo que me hiciste a mí'". Cuentan que también se podría haber llamado John, por Lennon, otro de sus personajes más apreciados.

Sus compañeros lo elegían como líder, naturalmente. Los rivales se paseaban cerca de él entre el respeto y la admiración. El diario El País, de España, consultó a varios de los que lo tuvieron enfrente. Contó Andoni Zubizarreta, arquero de España, quien lo enfrentó en el Mundial de México 1986: "Le recuerdo escuchando los himnos antes del partido con aquella cinta en el pelo que recordaba a los más desfavorecidos. Era en el estadio Jalisco justo antes de mi primer partido en un Mundial y para mí era el recuerdo del mágico Brasil que cayó contra Italia en España 82. Era el fútbol poderoso y elegante de un jugador que reunía la potencia del fútbol alemán y la sutileza del mejor brasileño. Siento que se nos ha ido un romántico del fútbol... un grande del balompié". Dino Zoff, arquero campeón del mundo con Italia a los 40 años, recalcó: "A mí me marcó un gol en el Mundial del 82... por el que recibí criticas. Sócrates era el clásico jugador que cuando chutaba metía el balón donde nunca te lo esperabas. Era una persona de bien y un jugador inteligente y con gran clase".

Su esposa Katia Bagnarelli no estuvo en el velatorio en Bom Pastor. Estaba empezando a cumplir el deseo del hombre al que acompañó hasta el último de sus minutos: Sócrates pidió que en su despedida hubiera una fiesta. Según señala el diario Folha de Sao Paulo habrá una celebración a pedido del crack que desde ahora será mito y añoranza. Allí estarán, entre muchos de sus amigos más íntimos, los músicos Raimundo Fagner y Zeca Baleiro. El primero cantará una de sus canciones más conocidas, Sorriso novo (Sonrisa nueva): "Não se pode prender uma asa de luz / Que brilha junto a toda segredo que há / E sempre viverá / Mesmo em quem não entenda / Que aquilo que viveu não se retocará" ("No se puede encender un haz de luz / Que brilla sobre todos los secretos que hay / Y que siempre vivirá / Incluso en aquellos que no entienden / que lo que se vivió no se modificará"). Esa letra nació en 1982, en aquel tiempo en el que todos querían jugar como Sócrates. Y ahora sonará de nuevo. Para siempre.

viernes, 6 de abril de 2018

Este es el camino...


La Temporada 2018 ya está en marcha. Jugamos el Partido Presentación, la semana pasada, y a pesar de múltiples ausencias allí estuvimos, ofreciendo lucha, lo que teníamos.

Ese partido dejó en claro varias cosas:

1) Tenemos que ser más y cada uno debe ofrecer un poco más durante este año. El que tiene tiempo, que ofrezca tiempo. Y el que no tiene tiempo que brinde humildad cuando a otro le toque ocupar ese lugar.

2) Quedó en evidencia que las lesiones es nuestro principal problema. Eso genera ausencias. Y el único modo de suplir esas ausencias es sumando gente. Y el único modo de sumar gente es dándoles lugar con generosidad. en definitiva, priorizar lo colectivo sobre lo individual.

3) En cualquier caso, la lógica debe ser la misma que nos trajo hasta acá: "El mejor equipo posible con todos incluidos".

4) Habrá lugar para todos. La Temporada Regular de la A ofrece dos torneos de 11 fechas cada uno. El año pasado disputamos 15 partidos oficiales. Este año serán esos 22 más los tres que ya jugamos por la Copa de Campeones.

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También resulta relevante mirar hacia atrás y valorar el recorrido:

1) En los últimos 18 meses (desde octubre 2016) jugamos 31 partidos: 19 victorias, 9 empates y apenas 3 derrotas. Perdimos menos del 10% de los encuentros.

2) Fuimos, además, el equipo que menos partidos perdió de toda la Temporada Regular de la UBA en 2017 (entre los 102 equipo de la Abierta y de +35). Fuera de nuestra categoría, sólo Resto de +35 y El Interior (de la A) igualaron nuestra marca. Un detalle: a ambos aún les resta completar el fixure.

3) Repasemos las derrotas:

La primera: 1-3 con Republica Delphi, por el Torneo de Verano 2017. Luego, les ganamos dos partidos oficiales.

La segunda: 1-2 con Los Santos, por la Temporada Regular 2017. Un triunfo que el Delegado rival aún califica como "un milagro".

La tercera: 0-3 contra Resto del Mundo, el mejor equipo, que arrasa en la A. Y sabemos todos lo que pasó con los penales...

4) Hicimos 64 goles (más de dos por partido) y recibimos 36. Tuvimos 11 vallas invictas (poco más de un tercio de los encuentros). Con Oscar en el arco, el registro mejora.

5) En ese lapso, logramos todo lo que se detalla:

-Puesto 2 y Ascenso a la A, la máxima categoría de +35.

-Subcampeones de la Copa de Campeones 2018.

-Campeones del Desafío Interdivisional.

Nada menos.

6) Demostramos una notable capacidad para afrontar partidos decisivos. Con el punto más alto, bajo la lluvia, frente a Sócrates, en la querida Cancha 4.

7) Tuvimos al Botín de Plata de la Temporada Regular y de la Copa de Campeones: Rodri. Algo más relevante: en los cinco partidos oficiales que jugamos sin el goleador, sumamos 13 puntos de 15 posibles. Precioso síntoma de que somos un equipo.

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Por eso, para lo que viene, apenas un mensaje:

El camino es éste. Para seguir recorriéndolo de igual o mejor modo necesitamos un poco más. De todos.

Depende de nosotros. De cada uno.