Por Rodri
Siempre digo lo mismo, aunque muchos saquen la Bandera nada más para el Mundial de fútbol en donde aflora el patriotismo berreta y tarareando el Himno como zombies de The Walking Dead, también la podemos sacar durante el año para conmemorar gestas soberanas y hacerla flamear.El 20 de junio de 1820 muere el Creador de la Bandera Nacional, Manuel Belgrano. Por eso el feriado del viernes.
La bandera argentina, tantas veces usurpada por dictadores implacables. Tantos años de la estima nacional recortada por una globalización económica ciega. Tantos infortunios, tantos golpes, hasta arrinconar el uso puro del símbolo en las escuelas y en algún partido de fútbol.
Pero como dicen los muy hinchas, hoy levantamos nuestros “trapos” celestes y blancos con un orgullo recuperado ( o más bien azul y blancos) inspirados por el entusiasmo, pero también por las ideas del que la creó, Manuel Belgrano, un 27 de febrero, hace ya 202 años.
Un poco de Historia…
Esos primeros tiempos de la lucha por la independencia latinoamericana –que para nosotros fueron a la vez los de sentar las bases de una identidad nacional– incluyeron también crisis, y hasta derrotas, como la de Ayohuma para las tropas de Belgrano en suelo que hoy es boliviano. Sabedor del valor del símbolo que había creado un año antes en Rosario, Belgrano protegió entonces como un tesoro sus dos banderas de batalla (una como la oficial actual y que se guarda en el Museo Histórico Nacional, y otra con las franjas invertidas, una azul-celeste entre dos blancas). Un párroco de Macha, Juan de Dios Aranívar, las escondió en Titiri, cerca de Ayohuma, tan bien que sólo fueron halladas por sus sucesores en 1881 y enviadas a Sucre (actual Bolivia pero en ese momento parte de las Provincias Unidas).
En perspectiva, el acto creador de la bandera de parte de Belgrano se ve en toda su dimensión, paradójicamente, al repasar los siglos y siglos de historia que ya tenía ese objeto-símbolo. Porque lo importante no es su mera invención, el color, la forma, sino lo que simboliza.
Porque las banderas representan lazos, pueblos con vidas en común y causas tan elementales para ellos como libertad e independencia para determinar sus destinos, la creación de Belgrano a orillas del Paraná en 1812 fue un acto de fe, sí, pero también de clarísima conciencia de parte del prócer de que había una identidad por forjar.
Si faltaran ejemplos de esa fuerza simbólica, ahí está el del granadero de San Martín y tripulante de Guillermo Brown, el francés por nacimiento Hipólito Bouchard, cuyas incursiones en las primeras lucha de liberación de Centroamérica (1818) con la fragata “La Argentina” imprimieron semejanza de colores en insignias de los países de la región (El Salvador, Honduras, Nicaragua y Guatemala – que son azules!) : no era porque copiaban banalmente el paño celeste y blanco de su fragata “La Argentina”, sino porque querían simbolizar lo mismo: libertad e independencia.
En 1812, la política exterior del Primer Triunvirato se basaba en sostener que el objetivo de la Revolución de Mayo fue preservar estos territorios para Fernando VII, que seguía cautivo de Napoleón, pero muchos, como Belgrano pensaban que ya era tiempo de pensar en la Independencia.
A fines de 1811, aumentaron los ataques españoles contra las costas del Paraná ordenadas por el gobernador español de Montevideo, Pascual Vigodet. Frente a esto el Triunvirato encargó el 24 de enero de 1812 a Manuel Belgrano partir hacia Rosario con un cuerpo de ejército. Belgrano logró controlar las agresiones españolas e instalar una batería ( una especie de fuerte militar) en las barrancas del Paraná, a la que llamó Libertad. A Belgrano le pareció absurdo que sus soldados siguieran usando distintivos españoles por lo que solicitó y obtuvo permiso para que sus soldados usaran una escarapela. Por decreto del 18 de Febrero de 1812, el Triunvirato creaba, según el diseño propuesto por Belgrano, una "escarapela nacional de las Provincias Unidas del Río de la Plata de dos colores, blanco y azul celeste, quedando abolida la roja con que antiguamente se distinguían".
Belgrano se entusiasmó con el decreto y le respondió al Triunvirato, anunciándole que el día 23 de febrero de 1812, entregó las escarapelas a sus tropas para que "acaben de confirmar a nuestros enemigos de la firme resolución en que estamos de sostener la independencia de la América". Era uno de los pocos que por aquel entonces se animaba a usar la palabra independencia. El Triunvirato, y sobre todo su secretario, Bernardino Rivadavia, estaba preocupado en no disgustar a Gran Bretaña, y a su embajador en Río de Janeiro, Lord Strangford, con quien estaba negociando la retirada de los portugueses de la Banda Oriental, a condición de que no se mencionase el tema de la independencia.
La bandera
Belgrano seguía empeñado en avanzar en el camino hacia la libertad. El 27 de Febrero de 1812, Belgrano inauguró una nueva batería, a la que llamó "Independencia". Allí hizo formar a sus tropas frente a una bandera que había cosido doña María Catalina Echeverría, una vecina de Rosario. La bandera tenía los colores de la escarapela y su creador ordenó a sus oficiales y soldados jurarle fidelidad diciendo "Juremos vencer a los enemigos interiores y exteriores, y la América del Surserá el templo de la Independencia y de la Libertad.". En esa misma fecha, hacia las 18:30 hs, y en solemne ceremonia, Belgrano dispuso que sea por primera vez enarbolada una bandera de su creación (se presume que de dos franjas horizontales, blanca la superior y celeste la inferior), pero seguramente fue esta, cuya gemela se encontró en Bolivia:
O ésta:
(Olvídense del cuadro famoso flameando la bandera actual a orillas del Paraná)
El Gobierno Nacional el 3 de marzo de 1812 prohibió al general Belgrano utilizarla, por razones de política internacional, ordenándole que la ocultara disimuladamente y que la reemplazase por la usada en la Fortaleza de Buenos Aires (la rojigualda). Como Belgrano partió hacia el norte para hacerse cargo del Ejército del Norte, no tomó conocimiento de la orden de desechar la bandera. Luego de avanzar a San Salvador de Jujuy, el 25 de mayo de 1812 celebró el segundo aniversario de la Revolución de Mayo con un Te Deum en la iglesia matriz, durante el cual el canónigo Juan Ignacio Gorriti la bendijo.
La reacción del Triunvirato
Al enterarse el Triunvirato de la decisión de Belgrano de crear una bandera propia, reaccionó inmediatamente: "El gobierno deja a la prudencia de V.S. mismo la reparación de tamaño desorden (la jura de la bandera), pero debe prevenirle que ésta será la última vez que sacrificará hasta tan alto punto los respetos de su autoridad y los intereses de la nación que preside y forma, los que jamás podrán estar en oposición a la uniformidad y orden. V.S. a vuelta de correo dará cuenta exacta de lo que haya hecho en cumplimiento de esta superior resolución."
A guardar la bandera
Pero Belgrano no llegó a enterarse de esta resolución hasta varios meses después de emitida y siguió usando la bandera nacional. En julio recibió finalmente la intimación del Triunvirato y contestó admitiendo que en dos oportunidades había izado la bandera para "exigir a V.E. la declaración respectiva en mi deseo de que estas provincias se cuenten como una de las naciones libres del globo". Concluye la carta indignado diciendo que destruirá la bandera: "La desharé para que no haya ni memoria de ella. Si acaso me preguntan responderé que se reserva para el día de una gran victoria y como está muy lejos, todos la habrán olvidado." Esa victoria llegaría en Salta.
A jurar la bandera
En octubre de 1812 caía el Primer Triunvirato y las cosas comenzaban a cambiar. El Segundo Triunvirato, bajo la influencia de la Logia Lautaro creada por San Martín y la Sociedad Patriótica dirigida por Bernardo de Monteagudo, dio un nuevo impulso a la guerra revolucionaria, avaló lo actuado por Belgrano y éste pudo hacer jurar la bandera por sus tropas a orillas del río Pasaje, que desde entonces se llama Juramento
Hasta llegar a ser como la conocemos hoy, la bandera nacional sufrió cambios de colores, de formas, leyes, y decretos.
¿Por qué celeste y blanca?
Hay muchas teorías sobre las fuentes de inspiración para la creación de la escarapela de la que derivan los colores de la bandera. Mirándolo con atención, todas las teorías tienen una relación entre sí. Los colores del cielo fueron tomados para representar el manto de la Inmaculada Concepción. Estos colores, a su vez fueron elegidos por la dinastía de los borbones (los mismos muñecos que siguen perpetuándose en el trono en Erspaña al dia de hoy, si ir mas lejos fijense en la banda del vago Principe Felipe cuando asuma en el dia de mañana como rey…seguramente les resultará conocida) : celeste, blanca y celeste, y de allí surgió el color del penacho de los patricios y, seguramente, la escarapela.
Desagravio
El Congreso de Tucumán se encargó de desagraviar a Belgrano de aquel famoso reto del Triunvirato reivindicando su actuación patriótica y ratificando la bandera "celeste y blanca que se ha usado hasta el presente y se usará en lo sucesivo" como símbolo nacional. Durante la época de Rosas, sus partidarios se identificaban con el color rojo, mientras que sus opositores unitarios lo hacían con el celeste. Para evitar confusiones, Rosas mandó oscurecer la bandera que pasó a ser azul, blanca y azul, con cuatro gorros frigios, uno en cada ángulo.
Otra vez celeste y blanca
Tras la caída de Rosas en 1852, la bandera vuelve a ser celeste, blanca y celeste. Hasta que Sarmiento lo autorizó en 1869, estaba prohibido embanderar casas y edificios en las fechas patrias. Pero el presidente Roca en 1884 volvió a limitar su uso a las reparticiones oficiales como escuelas, cuarteles y barcos. Y aunque parezca mentira, se siguió discutiendo si debía ser azul y blanca o celeste y blanca hasta que en 1944 el presidente Farrell estableció por decreto que " La bandera oficial de la Nación es la bandera con sol. Los colores están distribuidos en tres franjas horizontales celeste, blanca y celeste. El sol, con los treinta y dos rayos flamígeros y rectos, será del color amarillo del oro." Esta bandera fue durante mucho tiempo la bandera llamada "de guerra" y quedó reservada a los actos oficiales. Finalmente, en 1985, durante la presidencia del Dr. Raúl Alfonsín se autorizó a todos los argentinos a usar la bandera con el sol en el centro.
Saludos.