Yarroch, en la reciente gira de River. Con la del Misura, claro.
Por Walde
Cuando lo conocí a Gustavo (Yarroch para el Planeta Misura) noté que tenía algo de nosotros. No porque vivía sobre Libertador, a dos cuadras de la mítica Casa de Parie o a tres minutos de los viejos de Pancho o a casi nada del SanRo. Era otra cosa: el modo de ser, la confianza, el saber que cuando te dice blanco es blanco y cuando te dice negro es negro. Ese sentimiento de pertenencia respecto de determinadas búsquedas y valores.
Incluso antes de verlo jugar al fútbol supe que era un auténtico Misurense. Por charlas, momentos, bellezas y dolores compartidos. Se lo dije cuando ya sabía quién era en detalle: "Vos te llevarías bien con La Banda del Misura". Entonces, lo vi saludarse alguna vez con Pancho en el Monumental o por ahí cerca. Parecían amigos. Lo comprobé, luego, la primera vez que se sentó en el Bar de Ciudad con el resto del equipo: era uno más incluso desde antes de sumarse a este plantel de Leyendas.
Ahora, El Pelado Yarroch es un nuevo integrante -uno más, uno propio- de esta historia de más de dos décadas. Lo corroboramos también por la foto: viajó por su laburo de periodista a seguir a River (como casi siempre) y se llevó la camiseta del León. La que ya siente de él. Y se la mostró a todos en Estados Unidos y en Colombia. Desde esos rincones preguntaba si jugábamos. Estaba ansioso por saber.
Lo aprendió pronto: el Misura sucede en todos lados y en muchas circunstancias. Cuando jugás, cuando mirás, cuando colaborás, cuando preguntás, cuando esperás entrar, cuando aplaudís al compañero, cuando arengás al que se duerme. De algún modo o de todos, Yarroch es nosotros.