Los Platitos, territorio ochentoso, también espacio del Misura.
Imagen: gentileza de Rodri.
Dibujo añadido: "gentileza" de Walde.
El Misura sucede también en otros lugares. En los entrenamientos de los que algunos participan, en las redes sociales (ahora, con la flamante cuenta de Twitter: @MisuraLeyendas), en las búsquedas colectivas al margen del campo de juego, también en cada encuentro de la Vieja Guardia del SanRo.
Porque para ser del Misura no es condición suficiente ni necesaria jugar en el equipo, pero sí es imprescindible estar, pertenecer, participar: como Fisu, que cuenta que se entrena en las vacaciones con el postergado deseo de ponerse la 26; como Lenda, que con su memoria prodigiosa ofrece datos míticos de El Expreso Misura; como Tatín, que brinda el recuerdo de su golazo de tiro libre en los tiempos fundacionales; como Gaby, que lucha contra su rodilla en nombre de reaparecer; como el Doctor White, siempre presente con sus historias que no podemos publicar; como IIIImol, ese infaltable, ese naciente organizador. Incluso como Nito, quien consigue un milagro: que la Mesa de los Galanes se extienda hasta el Fin del Mundo. También como cada uno de los integrantes fundacionales, desde el Capitán Pancho hasta el León W y Grazio, El Siete Bravo.
No es casualidad el último y definitivo lugar elegido: Los Platitos, ahí en Costanera, nos representa de varios modos. Queda cerca de Ciudad Universitaria y del SanRo; es ochentoso como los días en los que nos conocimos; es nuestro porque permite hablar sin ruidos. Corresponde decirlo: lo eligió Rodri. Corresponde admitirlo: fue otro de sus golazos.
Brindamos por esta Mesa. La de los Galanes, por Fontanarrosa, Negro Amigo. Y por nosotros, claro.