Temporada 2018/19 - Fecha 13:
Misura Leyendas 2 - Consejo 1
(Cancha 6)
Había que ver ese muslo de Pancho, justo después del partido. Asombrosamente inflamado. En el primer tiempo un rodillazo lo había dejado averiado. Siguió jugando. Siguió corriendo. Siguió hasta el último de los suspiros.
Había que ver los codos de Diego, llenos de raspones, luego de un partido en el que había sido decisivo con sus atajadas providenciales. Sonreía y abrazaba, a pesar de los dolores. Desde Egipto o desde Portugal o desde algún rincón del mundo, Oscar -arquero clave en momentos determinantes de este ciclo de 32 meses con apenas seis derrotas, incluida la Copa de Campeones/Desafío Interdivisional- lo aplaudía por Whatsapp.
Había que ver a Faldu, ya en el Tercer Tiempo, preguntarle al Doc -con cierta preocupación- por qué le costaba flexionar uno de sus brazos y por qué le dolía cada rincón de su cuerpo ancho.
Había que ver a Piku volar por la banda derecha y aguantar patadas y empujones. Y a Laucha, por el otro costado, enfriando el partido con esas faltas que tan bien sabe concebir y que hasta nos permiten atacar con pelota parada.
Había que ver a los centrales y a Gonza rompiéndose las cabezas en cada centro para aguantar el 2-1. Y a Seba trabando hasta con el alma por la banda izquierda.
Había que ver a Gagge, lastimado, al límite, venir para dar una mano.
Había que ver a Naza, siempre dispuesto a ofrecer todo lo que le cabe en su cuerpo. Y su generosidad para aparecer siempre que se lo necesita.
Había que ver a Rodri, allá arriba, aguantándola, jugando mano a mano, llevando el partido a su terreno.
Y también había que ver a los de afuera: a Santiago -un infaltable, juegue o no juegue- y a los pibes, esos copados de Bruno -se armó una travesía desde Temperley para llegar a Ciudad Universitaria- y de Lobito. Y a los Little Canovas.
Bruno, ya en el Tercer Tiempo, con Laucha y Faldu. Todos vestidos de Azul. Todos Leones. Como corresponde.
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Sí, había que ver todo eso para entender lo que es este Misura Leyendas. Un equipo de todos.
Un equipo de Gladiadores hasta el final.
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Empatábamos 1-1, ya en el segundo tiempo.
Lobito, que es tanto o más intenso que su papá para vivir los partidos, venía escuchando al Delegado de Consejo decirle que tenía que estar tranquilo:
-Disfrutalo, no te preocupes...
Y entonces llegó el bombazo de Piku desde la medialuna del área, tras un corner. Pum. Dos a uno.
Y el pibe, vestido de Messi, le respondió a lo Maradona, tras gritar el gol:
-Ahora, disfrutalo vos...
Chocamos los cinco, claro. Y aclaramos: "Siempre, con todo respeto". Como corresponde.
Eso también se llama mística.
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Quedan cinco fechas para llegar al Top 4. Son, lo sabemos, cinco finales en las que vamos a terminar como en esta victoria: averiados, con bajas, pero enteros. En modo Peaky Blinders, más que nunca.
Para seguir en la pelea.
Para salir campeones.
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Goles: Rodri, Piku.
Premio Maradona: Diego, Seba, Piku.
Premio Sócrates: Pancho, Bruno, Lobito, Santiago, Gagge, Diego.
Premio Doval: Ale, Walde, Santiago, Seba, Lobo, Los Cánovas, Laucha, Faldu, Bruno, Lobito.
El Equipo: Diego, Naza, Lobo, Isma, Seba, Gonza, Faldu, Pancho, Laucha, Piku, Rodri, Gagge, Walde, Santiago.
Premio Maradona: Diego, Seba, Piku.
Premio Sócrates: Pancho, Bruno, Lobito, Santiago, Gagge, Diego.
Premio Doval: Ale, Walde, Santiago, Seba, Lobo, Los Cánovas, Laucha, Faldu, Bruno, Lobito.
El Equipo: Diego, Naza, Lobo, Isma, Seba, Gonza, Faldu, Pancho, Laucha, Piku, Rodri, Gagge, Walde, Santiago.