Misura tiene una histórica mala constumbre con escasísimas excepciones. Desde aquel debut en la UBA (0-2 contra Don Bosco, en la cancha 5, en 1993) el equipo adoptó el hábito de dejar muchos puntos de entrada y de que casi cada debut tuviera la cara amarga de la derrota. Pasó, sobre todo, en los últimos años, en los que el equipo recién gritó triunfos después de las primeras cinco o seis fechas, luego de tropiezos sucesivos. En 1998, sucedió la mejor excepción: el equipo comenzó de manera notable. Mantuvo el invicto en las ocho primeras fechas: ganó cinco y empató tres. Llegaba con facilidad al gol (hizo 15) y costaba que le marcaran (Grazio recibió siete tantos). Encima, Rodri estaba a pleno: diez goles en ocho fechas. Ahora, en este 2010, tendremos que mirarnos en aquel espejo. Y demostrar que un arranque así es posible. Equipo y fe no nos faltan.
Imagen: gentileza de Pancho, quien se encargó de esas anotaciones, hace ya doce años.
Post publicado desde Ciudad del Cabo, Sudáfrica.