Santiago es titánico, bravo, intenso, metedor. Juega de lateral, de mediocampista, ocasionalmente puede llegar al gol. Se queja con frecuencia porque quiere un equipo mejor, un Misura mejor. Pretende algo lógico y valioso: que todos ofrezcan lo mismo que él, todo.
Hay una historia que lo vincula y que tiene que ver con el Misura de los primeros años: su hermano, Viruta (o Jean Pierre Virutá para los que lo conocen desde sus días del San Román), fue jugador, hincha fanático, hasta referente, por momentos. Luego, desgracidamente, se dedicó al golf y, tal vez, a otras actividades menos conocidas. Pero tuvo un acierto que se le reconocerá siempre: sumó a su hermano a la vida del Misura. Y desde entonces, Santiago se ganó un espacio en este lugar, el Hall of Fame. Más allá de haber sido parte del memorable equipo de 2005 (que ganó el ascenso a la máxima categoría y el Título de Honor en el Master), Santiago consiguió tal reconocimiento por otra razón: lleva al Misura en la sangre.