lunes, 29 de marzo de 2010
Espíritu Misura
Lo escribió Seba, en otro mail: "Cuando entrenás tenés tiempo para charlar, apoyar al que está un poco mal, conocerte un poco más con tus compañeros como persona. Es decir no somos modelos que vamos a un desfile (partido) los fines de semana y listo. Los equipos se arman con otras cosas no solo futbol..." Se llama Espíritu Misura. Y en esos detalles se construyen los mejores equipos amateurs. Las grandes virtudes de Wolframio o de Namberwan -dos de los equipos más destacados de los últimos diez años- no son estricamente tener a los mejores jugadores. Su mayor virtud es esa mística de grupo, de espacio de pertenencia. Y a partir de eso, crecen, mejoran, suman gente al grupo, no sólo al equipo.
Como comentamos en el verano que se acaba de ir, Wolframio y Namberwan no fueron equipos acostumbrados a ganar de entrada. Les costó mucho más que a El Expreso Misura, por ejemplo. Pero fueron constantes, armaron un plantel que -como dice Seba, como repite Rodri y como piensan también Pancho y Grazio, sólo por citar algunos casos- excede ampliamente ese espacio del partido de los fines de semana. Ellos ganan empezando por otro lugar: en los entrenamientos que, más allá de lo físico, permiten conocer al otro; de la reunión periódica en la que el ocho aprende que el cinco está bajoneado porque se peleó con la jermu o con la novia; en la que el nueve sabe que el que le tira el centro llegó a horario a pesar de que venía de la fiesta de quince de la sobrina; en la que el arquero conoce por qué al cuatro le dicen Pela aunque no esté pelado; en la que el capitán es un emblema que acompañará siempre desde cualquier lugar (de enganche, de afuera, en el asado, con lesión o con resfrío).
Misura pretende ser eso también: un lugar. Por eso, el Blog suscribe a la búsqueda de Seba: los partidos los ganamos también antes y después de los 80 minutos que duran.