Temporada 2019 - Transición - Fecha 3:
Misura Leyendas 0 - Consejo 2
(en Cancha 5)
Por Walde
"Todo lo que aprendí se lo debo al fútbol. Hay equipos buenos o malos o regulares. Pero existe otro tipo de equipos: los imperecederos, esos que se reconstruyen todos los días".
La frase pertenece a Albert Camus, Premio Nobel de Literatura a sus 44 años.
Era arquero. "Sì, màs que escritor", decía.
Su historia es para charlar por muchos días y semanas. Y meses. Y...
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El fútbol -incluso más el de carácter amateur- nos enseña por ejemplo de nuestro caso reciente una lección relevante: la humildad.
Desde 2017 nos hicimos muy competitivos. Ofrecimos todo. Peleamos siempre arriba. Salimos segundos en VB, con apenas una derrota en un año. Fuimos finalistas de la Copa de Campeones. Salimos campeones del Desafío Interdivisional. Invariablemente jugamos "hasta el pingo".
No alcanzó para ganar el Torneo.
Este 2019, entre el final de la campaña 18/19 y este Transición, nos encontró debilitados. Por lesiones, por cuestiones personales, por todos esos detalles insoslayables que son constitutivos de un equipo amateur.
Esa precariedad para armar el equipo nos trasladó a esta realidad: estamos un par de escalones debajo de nuestra expectativa y de algunos rivales.
Los tres partidos que disputamos en el contexto de este último tramo del año sirven de testimonio: nada para reprochar desde la entrega y la constancia; pero cero fútbol.
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La derrota contra Consejo resultó paradigmática: perdimos un partido que en cualquier mes de los últimos 36 habríamos ganado.
Tropezamos. Nos faltó gente, juego, recursos para atacar, solidez. Tantas ausencias, claro, modifican las posibilidades. Siempre.
Pero hubo algo que no faltó: generosidad para adaptarse a las necesidades del equipo.
Y desde ese lugar y desde esa perspectiva debería empezar la reconstrucción.
Para que 2020 sea nuestro momento de reencontrarnos con el protagonismo y la competitividad.
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Por todo eso, por ahora, empecemos unas lindas vacaciones.
Disfrutemos cada partido más allá del resultado.
Y después, con todo.
Como siempre. Como en cada día de este Leyendas que aprendió a ser competitivo.
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