Gaby fue parte del -quizá- mejor Misura de todos los tiempos. Del más ganador: El Expreso Misura, aquel que consiguió dos ascensos consecutivos en tiempo récord (en menos de dos años) para instalarse como protagonista central del Torneo de la UBA. Recién llegado desde el SanRo, el equipo ya estaba en la elite (la B en aquel tiempo era la segunda categoría; como ahora la A). Jugaba de ocho, iba y venía, la pasaba de modo impecable. Estuvo ausente del campo de juego -nunca del equipo- por siglos. Ahora, tiempo de Leyendas, está de regreso. Ya no corre como en los mejores días, pero está. Aporta, quita, raspa, mete, sigue tocando. Y se adapta a puestos variados. No es poco.
Llegará motivado a la Temporada 2016. Esta semana cumplió un viejo y postergado anhelo: jugó el primer partido en su estadio preferido, el Monumental. Sí, justo enfrente de Ciudad Universitaria, su territorio de desarrollo futbolístico. Y para agregarle carácter histórico al detalle posó con la del Misura, con el Escudo del León. Se corrobora: Gaby es Monumental.