jueves, 30 de abril de 2015
Misura viene marchando...
El Misura Leyendas está en marcha rumbo a su segunda Temporada en Veteranos, la primera en la A, la máxima categoría. No es poco. Es un principio. Que lo sepan todos, en esta pretemporada de amistosos, de Supercopa, de vaivenes y de reencuentros: venimos marchando...
lunes, 13 de abril de 2015
El Amigo Galeano
"La caridad es humillante porque se ejerce verticalmente y desde arriba; la solidaridad es horizontal e implica respetuo mutuo".
Por Walde
Se nos fue Eduardo Galeano. El escritor que hacía magia con las palabras; y hace, porque allí están sus libros más vivos que nunca. El hombre que contaba los horrores y los errores del mundo y de la historia con la naturalidad del mejor de los vecinos. El señor impecable e implacable que ponía luces en la oscuridad para que todos pudiéramos ver un poco más. El amigo del fútbol -nuestro fútbol- como espacio de pertenencia, como territorio de expresión.
El nunca nos vino a ver jugar a Ciudad Universitaria, jamás gritó un gol de Rodri ni aplaudió un pase de Pancho o una atajada de Grazio o un cabezazo de Diego o un quite de Gonza o una corrida de Nito. Pero siempre estuvo ahí cerca, en la Vecina Orilla, contándonos que las derrotas -a veces- mucho se parecen a las victorias. Y que algunos triunfos son definitivamente unos impostores. Se sentó a la Mesa de los Galanes -al lado de Fisu o del Lenda o de Gaby o del Negro Imol- un montón de veces, en cada discusión. Y callando decía lo que las Venas Abiertas de América sangraban. Era invisible, pero allí estaba como lo que era: la voz de tantos invisibles que el mundo caminan.
Y sin querer queriendo resultó resultó nuestro prudente consejero, de esos que poco hablan y mucho dicen. También fue pertinaz defensor y militante de esos valores que el Escudo del León representa: la amistad, la solidaridad, la inclusión y la diversidad. Por todo eso, Querido Maestro, lo consideramos Nuestro Amigo. Por todo eso, muchas gracias.
Por Walde
Se nos fue Eduardo Galeano. El escritor que hacía magia con las palabras; y hace, porque allí están sus libros más vivos que nunca. El hombre que contaba los horrores y los errores del mundo y de la historia con la naturalidad del mejor de los vecinos. El señor impecable e implacable que ponía luces en la oscuridad para que todos pudiéramos ver un poco más. El amigo del fútbol -nuestro fútbol- como espacio de pertenencia, como territorio de expresión.
El nunca nos vino a ver jugar a Ciudad Universitaria, jamás gritó un gol de Rodri ni aplaudió un pase de Pancho o una atajada de Grazio o un cabezazo de Diego o un quite de Gonza o una corrida de Nito. Pero siempre estuvo ahí cerca, en la Vecina Orilla, contándonos que las derrotas -a veces- mucho se parecen a las victorias. Y que algunos triunfos son definitivamente unos impostores. Se sentó a la Mesa de los Galanes -al lado de Fisu o del Lenda o de Gaby o del Negro Imol- un montón de veces, en cada discusión. Y callando decía lo que las Venas Abiertas de América sangraban. Era invisible, pero allí estaba como lo que era: la voz de tantos invisibles que el mundo caminan.
Y sin querer queriendo resultó resultó nuestro prudente consejero, de esos que poco hablan y mucho dicen. También fue pertinaz defensor y militante de esos valores que el Escudo del León representa: la amistad, la solidaridad, la inclusión y la diversidad. Por todo eso, Querido Maestro, lo consideramos Nuestro Amigo. Por todo eso, muchas gracias.
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