Walde y Gustavo Yarroch, asesor externo del Coach.
Por Nito*
Es uno de los socios fundadores, estuvo presente en todos los hechos históricos desde la creación del Misura hasta este presente. Si de próceres habláramos podría asemejarse a un Juan José Paso en la Revolución de Mayo, ya que su presencia en los días fundacionales tuvo una injerencia por demás importante. Pero por sobre todas las cosas porque todo evento transcendental, que se digne de tal, necesita de personajes como Walde. Es un hombre de estadísticas particulares por cierto. Esas que lo ponen siempre en el centro de los acontecimientos relevantes del equipo.
Su primera victoria fue haberse apropiado de la camiseta número ocho, número que alguna vez se le negó en el glorioso San Román. Pero enseguida se encargó de tirar la historia a su favor, tal cual es su costumbre. Él no perdió ese número, lo ganó más tarde. Por mérito propio… Por mérito propio de tener un hermano que dejó un grato recuerdo para el seleccionador Ricardo Toti Crosta. Después, el ocho también lo heredaría en el Misura.
La exitosa carrera misurense arrancó en la versión reducida, para fútbol 5, en la madrugada del balneario top por aquella época, Miramar. Ahí fue una de las piezas fundamentales en el mediocampo para contrarrestar las embestidas del Ale y el Osqui. Luego vinieron los 36 partidos invictos, en todo terreno y lugar. El paso al fútbol grande, fue a puro éxito. Participó en los dos ascensos consecutivos del equipo, se ausentó por temas laborales de las canchas… Su despedida fue casi en silencio. Y su regreso fue a toda voz.
Tras su participación en el Título de Honor del Master, en 2005, casi tres años después asumió en su nuevo rol de Coach, el primero en la historia del Misura. Sus gritos se hacen escuchar cada vez que el equipo se presenta en Ciudad Universitaria o donde sea. A lo Bichi Borghi en Boca, amagó más de una vez con renunciar, pero su amor por la camiseta y su amor propio se lo impidieron.
También como fue el primero fue el más cuestionado, sobre todo después de algunas decisiones que llevaron al equipo a perder un partido que tenía prácticamente controlado (contra Los Petes, en la Cancha 5). Como era de esperarse, se autoproclama responsable de este presente notable del equipo, y para quien se atreva a discutirlo, siempre hay una estadística a mano que lo favorece y confirma su teoría y su entusiasmo. Este año, además de fundar la Supercopa San Román, se convirtió también en el entrenador del regreso a la División de Honor. Más allá de esos detalles y de los resultados, los que queremos al Misura y participamos de los tiempos fundacionales -y los que no, también- reconocemos su aporte y su entrega. Porque sabemos que toda tribu necesita de su cacique y el Misura lo encontró: El Gran W.
*Nito contó con la colaboración de Pancho y de Rodri para la confección de este texto.