Ahora más que nunca

Temporada UBA 2017- Fecha 8:
Misura Leyendas 2-Coronel Cañones 1

Sigue la lucha. Continuamos ahí, en la pelea de arriba, la del título, la del ascenso. También la de ser el Supercampeón (el mejor de todo +35). Es la sexta victoria en ocho partidos, es la primera luego de dos encuentros traumáticos. Pero sobre todo, se trata de un triunfo imprescindible.

Había que ganar. Y había que hacerlo a pesar de todo. Incluso de nosotros mismos. De ese defecto que no podemos corregir: entramos relajados, como si necesitáramos que un golpe nos despartara. Esta vez, luego de una sucesión de errores, costó un gol al minuto de juego. Esa resultó, al cabo, la única llegada a fondo del rival (más allá del gol anulado por off side).

En cualquier caso, corresponde señalarlo y resaltarlo: lo dimos vuelta a puro convencimiento. Con constancia, con sed de victoria, con intensidad. Poniendo el alma y el cuerpo en cada rincón del campo. Faltó juego. Sobró coraje para revertir esa situación en la que nos habíamos metido.

Alcanzó para ganar. Alcanzó para que no se escape República Delphi (ganó sus siete partidos desde la derrota en el debut contra el Leyendas). Alcanzó para reforzar el entusiasmo.

Hay que seguir con todo y con todos. Con esa impronta guerrera del segundo tiempo. Con ese deseo desbordante de ganar. Con esa insistencia que sólo puede desembocar en un lugar: el triunfo.

Llega el tramo decisivo. Es ahora el momento de ofrecer lo mejor. Ahora más que nunca.

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Goles: Rodri (2).
Premio Maradona: Seba, Rodri, Ale.
Premio Pareto: Oscar, Imol, Ale, Laucha.
Premio Doval: Faldu, Albores, Walde, Pancho, Seba, Ale, Grazio.

El Equipo: Oscar, Grazio, Diego, Gonza, Seba, Laucha, Faldu, Santiago, Pancho, Rodri, Albores, Gagge, Imol, Ale, Fisu y Walde (los últimos dos no jugaron). 

Los dormidos

Temporada UBA 2017- Fecha 7:
Misura Leyendas 1-Los Santos 2

Dejamos el invicto. Perdimos, sí. No sucedía (por el torneo anual) desde octubre del año pasado. Incluyendo el Torneo de Verano es la segunda derrota de 2017. Y no hay excusas. Más allá de que lo pudimos haber empatado en el último tramo del partido -empujando, con los once adentro del área en los últimos corners- lo perdimos nosotros. Definitivamente.

Dijimos que era una final. Lo sabíamos todos. Y el primer tiempo se jugó como si se tratara de un amistoso después de un asado. Es inadmisible. Así no se sale campeón.

Que quede claro: no podemos subestimar a nadie. No nos sobra nada. Nada de nada. Si alguno creyó lo contrario, se equivocó.

No se puede marcar de tan lejos (varios metros) a tipos que sabíamos que podían gravitar. No podemos caminar la cancha a los diez minutos. No podemos estar esperando que nos lleguen las pelotas divididas, hay que ir a buscarlas. No podemos ser tan dóciles al momento de disputar cuerpo a cuerpo, hay que meter siempre más que el rival. Siempre. ¿Qué pasó? ¿Dónde quedó el espíritu de lucha?

Nos dormimos. Nos llegaron tres veces a fondo en media hora. Dos goles y un penal (muy bien atajado por Oscar). En los tres casos errores nuestros. Por marcar mal, por complicarnos en la salida, por darle opción de remate al rival.

Hay que aprenderlo de una vez: todos los rivales juegan contra nosotros -porque estamos arriba- como si se tratara de una final. Hacen tiempo, protestan, meten, guapean. ¿Y nosotros? ¿Vamos a ser los giles de los partidos decisivos?

No. La respuesta tiene que ser no. Decididamente no.

Y fue tan malo lo de ese primer tiempo que terminó enterrando la intensidad del segundo, la voluntad de lucha, la capacidad para arrinconar al rival adentro de su área. Pero no. No alcanzó. No fue suficiente. Así, como en el segundo tiempo, había que jugar todo el partido.

No sirve putear después. No sirve quejarse. Hay que jugar metidos de entrada. Siempre. Siempre. Siempre.

Lo del primer tiempo no puede volver a suceder. Y si sucede, muchachos, olvídense: será tirar la Histórica Temporada 25 a la basura.

Ya no sirve hablar ni escribir ni quejarse en el Tercer Tiempo. Hay que jugar, hay que rasparse en la cancha, hay que poner como si jugáramos lo que jugamos: finales. Todas finales. Todas.

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Gol: Pancho.
Premio Maradona: Seba, Emi.
Premio Pareto: Fisu, Emi, Seba, Faldu.
Premio Doval: Faldu, Ale, Santiago.

El Equipo: Oscar, Grazio, Diego, Imol, Gagge, Laucha, Gonza, Santiago, Ale, Pancho, Rodri, Albores, Seba, Emi, Faldu, Fisu y Walde (los últimos dos no jugaron).